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Estilo De Vida

Moonfall: La colosal película de ciencia ficción independiente que costó $136 millones y superó todas las adversidades

April 15, 2021
El director de “Moonfall”, Roland Emmerich en el set. (Photo credit): Reiner Bajo

Cómo la tenacidad y el pensamiento creativo mitigaron los riesgos durante el COVID-19 e hicieron posible esta película

Imagine que está en una misión crítica con una tripulación espacial para evitar que la luna se estrelle contra la Tierra. Esa es la premisa de la última película épica de ciencia ficción de Roland Emmerich, “Moonfall”, que se estrena en 2022. Conocido por sus grandes éxitos de taquilla como “Día de la independencia”, “El día después de mañana” y “2012”, Emmerich es un director de cine célebre por su capacidad de llevar el caos apocalíptico y el desastre a la pantalla grande. Al igual que en “Moonfall”, todos los que trabajaron en la película debieron pivotear rápido para sortear los innumerables problemas relacionados con la filmación de una película durante una pandemia mundial.

“Conseguir el aval, los seguros y el dinero para hacer una película de este tamaño y escala durante una pandemia fue un gran desafío”, dice Emmerich. “Haber podido hacer ‘Moonfall’ fue un milagro y un enorme logro”.

“No había ocurrido nada parecido a esto en el mundo ni en la industria del entretenimiento en los últimos 100 años”, agrega JP Pettinato, Director Financiero de Centropolis Entertainment, la compañía productora de la película fundada por Emmerich.

El complicado arte de negociar y ser innovador durante el COVID-19

Antes de trabajar con el East West Bank, Pettinato había contactado a tres bancos estadounidenses y dos canadienses. “Pero no tuve suerte porque nadie quería arriesgarse”, dice. “Ya estaba agotado y di por hecho que ningún banco estadounidense estaría interesado en financiar esta película, hasta que conocí a Deborah”.

“La estructura del trato fue complicada por el COVID”, explica Deborah Acoca, vicepresidente senior y gerente de relaciones de la banca corporativa y entretenimiento del East West Bank. “Pero cuando [Pettinato] me preguntó si podía hacerlo, le dije que necesitaba ver los detalles pero que estaba convencida de que podríamos hacerlo”.

“Centropolis está absolutamente agradecida de haber conocido al equipo del East West Bank estos últimos años en Cannes y Shanghái. Nos entusiasma ver que nuestra relación ha crecido mucho desde entonces y nos ha permitido realizar “Moonfall” en medio de uno de los mayores desafíos que ha vivido la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial”, dice el Presidente de Centropolis Entertainment, Marco Shepherd.

Cobertura de seguro de la película

A pesar del riesgo, Emmerich y el equipo estaban decididos a continuar con la filmación de la película. El equipo hizo sus maletas y voló a Montreal, Canadá, donde se armaría el set de filmación. “Desde el primer cierre total a nivel mundial en marzo de 2020, comencé a hablar con diferentes abogados, garantes de finalización y productores sobre cómo retomar la financiación de las producciones”, dice Acoca. "Entonces, cuando Pettinato y el equipo se comunicaron conmigo, yo ya sabía qué riesgos había que mitigar y evalué cómo adaptarlo específicamente a ‘Moonfall’.”

Para entender lo complicado que fue esta negociación, debemos contextualizar lo que significó la aparición del COVID-19 para la industria cinematográfica. Con interrupciones en las producciones a lo largo de todo el mundo, muchas compañías de seguros también tuvieron que poner pausa en las pólizas por la pandemia. Por eso, muchas películas y espectáculos no pudieron retomar su producción sin un seguro que las cubriera, dado que la mayor parte de la financiación depende de esas pólizas de seguro y de las garantías de finalización.

Es sumamente importante conseguir el seguro al principio de la etapa de pre-producción. “He asesorado a muchas películas que tienen problemas, porque trabajé en más de 40 películas y he adquirido mucha experiencia en transitar situaciones difíciles”, dice Pettinato. “Y cuando se trata de contratar seguros en la preproducción, a veces hay gente que quiere ahorrar dinero y no quiere comenzar a pagar un seguro tan temprano, pero después se terminan perdiendo miles o millones de dólares que incluso impide que se filme la película”.

Brazaletes con códigos de colores que se usaron a lo largo de los 61 días de producción de “Moonfall”. (Photo credit): Centropolis Entertainment

Antes de la pandemia, Pettinato pudo obtener un seguro con tiempo. “Logré conseguir una póliza que cubriera un cierre”, explica. “Básicamente, si una autoridad civil, que sea una entidad estatal, municipal o federal, dice que no puedes trabajar, entonces se activa la póliza, y usamos los primeros $2 millones para el cierre de marzo”. Pero la gran pregunta para el equipo era qué sucedería si, en medio de la producción, había otro cierre que costara más que el monto cubierto. ¿De dónde obtendríamos ese dinero?

Fue allí cuando a Acoca y Pettinato se les ocurrió la creativa idea de involucrar a los que estaban haciendo la película asumiendo parte del riesgo con dinero propio. Esta movida demostró el nivel de compromiso personal puesto en el éxito de la película. “Creí que era una decisión justa para ambas partes”, dice Pettinato.

“Conozco a Roland y al equipo de Centropolis desde hace tiempo y siempre deseé poder trabajar con ellos algún día, y la posibilidad de ser creativos en estos tiempos difíciles nos dio esa oportunidad”, comenta Acoca.

El cálculo de los créditos fiscales y la estructura del préstamo

Las películas se financian a través de una combinación de créditos fiscales basados en el tiempo que se esté en un lugar específico y la garantía colateral del contrato a partir del licenciamiento de los derechos en todo el mundo. “Alemania, España, Corea del Sur, Rusia, Australia, o el país que sea”, dice Pettinato. “Vendimos contratos individuales para licenciar esta película en todos los formatos de medios, desde el formato teatral y el streaming, hasta el DVD y la televisión”. Entonces, el prestamista adelanta los fondos, que se devuelven, junto con los intereses, al momento de la entrega de la película. Para “Moonfall” específicamente, había dos problemas principales.

“Necesitaba un préstamo de créditos fiscales en dólares canadienses y lo necesitaba rápido”, recuerda Pettinato. En respuesta, Acoca y el equipo de Entertainment trabajaron codo a codo con el equipo de cambio de divisas del East West Bank para poder ofrecer una solución viable a la producción.

“Por el COVID, tuvimos que asumir la postergación de la fecha de lanzamiento de la película”, explica Acoca, “lo que incrementaba los costos financieros y limitaba los costos con los que trabajábamos en nuestro grupo de interés”. Para poder cumplir con los plazos de filmación, Acoca, su equipo y el equipo de cambio de divisas del East West Bank debieron pasar por el proceso de evaluación y aprobación – que suele llevar varias semanas para este tipo de acuerdos- en cuestión de días.

“Dadas todas las complejidades y desafíos con los que nos enfrentamos, estoy muy agradecido al East West Bank por haber trabajado meticulosamente junto a nosotros para que pudiéramos hacer esta película”, agradece Emmerich.

Desafíos de filmar durante el COVID-19

“En cuanto a nuestro presupuesto, no nos era fácil cubrir los costos adicionales generados por el COVID”, dice Emmerich. “Tuvimos que ser creativos sin dañar mi visión de la película. Hubo muchas dudas entre todos nuestros maravillosos socios, pero gracias a que creyeron en nosotros, pudimos hacerlo”.

Con protocolos estrictos, todos en producción debían testearse tres veces por semana, quedarse en hoteles y hacer cuarentena por dos semanas antes de ingresar al set. Según el equipo de producción de “Moonfall”, hicieron más de 10.350 tests de PCR (reacción en cadena de la polimerasa).

Toda esta experiencia obligó a Emmerich a rodar más rápido y a inventar ideas creativas para filmar escenas con más rapidez sin sacrificar la calidad. “No dormía mucho y trabajaba entre 20 y 22 horas por día para sacar adelante esta película”, dice Pettinato.

“También tuvimos costos adicionales por $5 millones relacionados con el COVID”, dice Pettinato. “Fue todo un desafío logístico porque, si bien todavía teníamos 61 días para filmar, todas las semanas teníamos que destinar tiempo a los testeos, que nos llevaban hasta dos horas cada vez”.

El equipo de “Moonfall” debía permanecer y trabajar en burbujas. “El mayor desafío de ‘Moonfall’ fue unir los protocolos contra el COVID de Screen Actors Guild (SAG) y otros sindicatos estadounidenses con los estándares requeridos por las autoridades sanitarias de la CNESST de Quebec, que maneja el sistema de salud público de Canadá”, explica Carsten Lorenz, productor de línea de “Moonfall”. “Finalmente, se implementó un sistema de zonas con brazaletes codificados por colores que regulaba y definía qué miembros del equipo podían acercarse a los actores y a qué distancia y de allí se sabía quién había sido testeado y con qué frecuencia”.

El nivel de coordinación y sincronización que se necesita para crear un entorno de trabajo eficiente y seguro tenía a todo el equipo en vilo. “Debimos planificar cómo hacer la película con diferentes cantidades de personas y sets, porque no se puede tener a la gente de construcción trabajando cerca de un rodaje, tienen que estar en áreas totalmente separadas”, explica Pettinato.

“En general, los productores están orgullosos de haber protegido a sus elencos y equipos del COVID-19 y, a pesar de la complejidad de las circunstancias, de haber podido realizar una producción de esta magnitud durante la pandemia”, dice Lorenz.

Demanda de películas de catástrofes durante una catástrofe

‘Moonfall’ será un gran éxito en 2022”, dice Pettinato. “¿Sabían que una de las mejores películas del cine catástrofe de Emmerich estuvo entre las 10 más vistas de Netflix por un mes entero durante la pandemia?

“Mientras que la mayoría de las películas permanecen en la lista de las más vistas solo por unos días, “2012”, de Emmerich mantuvo su tendencia. “No lo podíamos creer”, dice Pettinato. “Quiero decir, estábamos literalmente en medio de una catástrofe real y a pesar de haber tantos otros contenidos para ver, millones de espectadores en sus casas elegían ver una película del cine catástrofe como entretenimiento”.