El efectivo es un salvavidas. Pero con la prolongación de la pandemia, el menor gasto general de los consumidores y la falta de fondos federales, muchas empresas están teniendo problemas para mantener el flujo de caja y mantener sus puertas abiertas. Un informe de septiembre de Yelp encontró que el 60% de las empresas que cerraron debido al COVID-19 ahora han cerrado de forma permanente. Los datos sugieren que en los EE.UU., casi una cuarta parte de todas las pequeñas empresas permanecen cerradas, informa elForo Económico Mundial
“Sé que es difícil, en esta época de COVID-19 con el panorama en constante cambio, averiguar cuánto vale su empresa”, dijo Felicia Vallera, fundadora y directora del Centro de Derecho Comercial Comunitario de San Francisco, en un seminario web. "Si usted puede tener un análisis fiscal integral, pronósticos de flujo de caja para varios escenarios diferentes y hacer una valoración comercial formal, es posible que pueda reestructurar su empresa de manera efectiva y continuar".
Si su empresa tiene dificultades para reabrir o permanecer abierta, es posible que deba considerar vender una parte de su empresa como estrategia. La venta puede generar el efectivo que tanto se necesita para permitir que se realicen las operaciones, brindar acceso a los recursos o reducir el riesgo financiero. Cualquiera que sea la razón, estos son algunos de los puntos que debe considerar al vender su empresa como parte de una estrategia de reestructuración.
Por lo general, el propietario de una empresa ha considerado cuidadosamente su modelo de negocios y ha revisado una amplia lista de otras alternativas de financiamiento antes de decidir vender cualquier activo de la empresa, una parte o incluso la totalidad de su empresa. “Debe reevaluar constantemente su entorno empresarial y observar las diferentes medidas de ayuda, la disponibilidad de financiamiento y los programas especiales, porque aún puede haber muchas situaciones que pudieran surgir”, dice Vallera.
Renegociar contratos para ganar tiempo y ahorrar dinero es una excelente manera de mantener el flujo de caja. "Es mejor si la pandemia no es la fuerza impulsora de su decisión de vender", dice William Blumberg, vicepresidente de Prime Investments. “Si su empresa no se vio muy afectada por la pandemia, es un buen momento para venderla. Si su empresa se vio afectada por la pandemia y tiene la voluntad y la energía, es posible que desee reinvertir y reconstruir su empresa antes de ponerla en el mercado”.
No es raro que las empresas vendan activos que ya no son viables como parte de su plan de reestructuración y pivoteo. “Supongamos que usted tiene un restaurante y ha cambiado a un modelo de comida para llevar y entrega a domicilio durante la pandemia del COVID-19”, dice Vallera. "Ya no necesita muchos muebles para que los clientes se sienten en el comedor, y si ha cambiado completamente a comida para llevar, usted puede vender parte de los muebles o los activos de su empresa, junto con los pasivos asociados".
Cuando se tiene la intención de vender una parte o la totalidad de una empresa, los propietarios de las empresas deben asegurarse de estar al corriente con su contabilidad, registros, impuestos y licencias comerciales. “Su empresa debe ser un paquete completo que es lo que va a presentar a terceros si es necesario”, dice Vallera.
Cuando se trata de vender, tanto Vallera como Blumberg coinciden en que la preparación es la clave para una venta exitosa. “Usted primero debe evaluar el valor justo de mercado de su empresa antes de ponerla en el mercado”, dice Blumberg, lo que significa obtener un avalúo objetivo de un valuador de empresas.
“Muchas firmas de contabilidad respetables pueden realizar un avalúo decente por una fracción del precio de un valuador, siempre y cuando usted tenga todos sus registros contables y bancarios actualizados”, dice Vallera.
El mercado calculará el valor de una empresa observando las ganancias antes de los intereses, depreciación, impuestos y amortización (EBIDTA) y un EBIDTA ajustado, luego comparará esos números con otros factores, como la industria, el tamaño de la empresa, la base de clientes, la competencia en el mercado, las tendencias económicas, etc.
“Usted tendrá que llevar a cabo su diligencia debida, que implica inspecciones de auditoría, poner en orden sus documentos legales y tener todos sus registros organizados de manera presentable y cronológica para cualquier comprador o inversionista potencialmente interesado”, dice Vallera. "Pero también debe pensar en un proceso sobre cómo va a calificar a los posibles compradores antes de comenzar a pasar demasiado tiempo hablando con ellos".
Para asegurarse de que la otra parte sea un candidato adecuado, usted debe enviar una carta de intención. “Las cartas de intención son típicamente una combinación de expresiones de intención obligatorias y no obligatorias”, agrega Vallera. "Antes de permitir que alguien comience a examinar su empresa, usted debe asegurarse de que hayan firmado un documento que les imponga la obligación de mantener la confidencialidad de lo que están viendo".
"Antes de permitir que alguien comience a examinar su empresa, usted debe asegurarse de que hayan firmado un documento que les imponga la obligación de mantener la confidencialidad de lo que están viendo"
Una carta de intención protege al vendedor al garantizar los derechos de propiedad de una empresa y prohíbe a cualquier persona robar el modelo comercial o la idea que se le muestra a la otra parte. “Imagínese lo enojado que estaría si alguien le robara una idea que usted hubiera pasado años desarrollando, y luego rechazara su oferta comercial y se fuera a iniciar su propio negocio tomando todo lo que aprendió al ver lo que usted le mostró. Usted tiene que protegerse de eso por escrito”, afirma Vallera.
Una vez que se haya firmado la carta de intención y se haya llevado a cabo una cuidadosa diligencia debida, el vendedor y el comprador pueden negociar y finalmente firmar un contrato de compraventa o un contrato de compra de activos. “Verifique al comprador para asegurarse de que sea quien dice ser”, dice Vallera. “Asegúrese de que el comprador tenga los fondos para cerrar la transacción. Es importante que usted se sienta seguro en todo este proceso".
Al momento de redactar el contrato de compraventa, indicar en una lista los detalles de lo que se incluye y lo que no se incluye ayudará a dar claridad a la transacción. “El contenido del contrato debe brindarle al comprador la garantía sobre las condiciones de la empresa, o indicar que no hay ninguna garantía sobre las condiciones de la empresa y que la está comprando tal como está. Si le están comprando toda la empresa, entonces puede ser una compraventa de acciones”, dice Vallera.
Por lo general, existen dos tipos diferentes de métodos de venta. Una venta de activos permite al comprador elegir varios activos y componentes que desee de la empresa. Una venta de acciones, por otro lado, generalmente significa que el comprador adquirirá todos los aspectos de la empresa, lo que incluye elementos como empleados y cualquier pasivo.
Hay muchas implicaciones fiscales diferentes, según el tipo de transacción. “Si usted está realizando una venta de activos significativa o una venta de acciones, debe consultarlo con un asesor fiscal profesional para comprender lo que significa vender de acuerdo con los términos y condiciones que el comprador desea”, dice Vallera.
Si bien puede ser difícil aceptar que usted ya no será el único propietario de su empresa, tener en mente la meta a largo plazo lo ayudará a superar esta difícil situación. “La ventaja de vender es que esto lo libera de todos los problemas acumulados, deja intacta su reputación, incluida su calificación crediticia, y reduce su riesgo financiero de manera significativa”, dice Vallera.
Ella anima a los propietarios de empresas a ver esto como una forma de liberarse y avanzar. "El proceso será difícil", dice, "pero es posible que se beneficie a largo plazo".